13 de abril de 2016 – Nuestra Hermana Nancy Arévalo participó en Paraguay, entre el 4 a 6 de marzo de 2016, en la XLIV Junta Directiva y X Encuentro de Secretarias/os de las Conferencias Nacionales, ocasión a la que asistieron presidentas/es y secretarias/os de las Conferencias Nacionales de Religiosas/os de América Latina y el Caribe y miembros del Equipo de Teólogas/os Asesoras/es de la Presidencia (ETAP).
El encuentro tuvo como objetivo trabajar y profundizar el Horizonte Inspirador y el Plan Global que animará la Vida Religiosa de América Latina y el Caribe durante este trienio. Esto, contextualizado desde lo que acontece en Paraguay y los actuales momentos del mundo y de la Iglesia.
Para Hermana Nancy, quien actualmente tiene entre sus funciones la secretaría ejecutiva de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile (CONFERRE), “el Horizonte Inspirador del trienio 2015-2018 asume el icono de la Visitación”, indica, tomando las palabras de hermana Mercedes Casas F Sp S, “como representación de una Vida Consagrada (VC) discípula misionera, que sale aprisa al encuentro de la vida, para construir en la casa común una cultura del encuentro en torno a Jesús, porque la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Él”.
“Nuestro mundo” continúa Hermana Nancy, “nuestros países latinoamericanos y caribeños, nuestras familias y nuestras congregaciones religiosas necesitan de Visitación: de Una Vida Consagrada con iniciativa, que viva la proximidad, que deje sus seguridades, que salga, atenta a las necesidades de las y los demás, que cuide de la vida que hay en ella y en donde quiera que esté germinando o tenga posibilidades de darse, una Vida Consagrada vinculada con la tierra y el cuidado de la casa común. El Plan Global quiere contribuir a la animación de una Vida Consagrada así, y su eficacia dependerá de la manera como cada una de las Conferencias Nacionales asuma y encarne en su realidad concreta, porque de todas y todos depende que la animación de la CLAR sea efectiva y llegue hasta las bases de nuestras comunidad, aún de las más pequeñas y lejanas. ¡Sólo así haremos posible que acontezca aquello que el Espíritu y nosotras/os queremos que acontezca!”
Agregó que durante la jornada se pudo “compartir e identificar cuáles son las luces y las sombras que configuran la realidad socio-política-cultural, eclesial, de las Conferencias Nacionales y de la Vida Religiosa en nuestros países, a la luz de los grandes temas que señalan la reflexión-acción de la Iglesia latinoamericana y caribeña”.
Además, expresa que en su retina “queda la imagen de una Vida Religiosa dinámica, alegre, acogedora, abierta a la Gracia del Espíritu, que la invita a salir de sí misma para ir a un verdadero encuentro con la y el otra/o, que es capaz de hacer fraternidad con otros que se interpela y actúa frente a las injusticia sociales, políticas, económica y eclesiales”.
Para finalizar, Hermana Nancy comenta que “estos encuentros son experiencias que me nutren no tan solo como persona, sino como religiosa, Hermana de la Providencia, y como Iglesia. Iglesia que cada vez más tiene que ser una y que no puede permanecer aislada e indiferente frente a las nuevas realidades. Como hermana de la Providencia me llama a proclamar y transmitir nuestro Carisma, a salir al encuentro de otros y otras, partiendo con las hermanas de mi propia comunidad. Este encuentro profundo de fraternidad me tiene que impulsar a salir e ir donde la vida clama, sabiendo que son muchas y muchos los que están en salida, para transmitir la alegría del Cristo Resucitado a un mundo adolorido y una casa común enferma”.
Por último, Hermana Nancy comparte un extracto del mensaje final del Congreso de VC: “Quitémosle las vendas a la VC para que pueda caminar; quitémonos las vendas y caminemos como María, que va con prontitud a servir a su prima Isabel. El encuentro de estas dos mujeres fue el comienzo de algo nuevo, de una vida fecunda y misionera. Salgamos y caminemos con María, y hagamos que la humanidad –Juan– salte de gozo, y que la creación –Isabel– quede llena del Espíritu Santo (Lc. 1,39-44)”.
