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Diálogo de mujeres más allá de la historia

Por Loreto Fernández M. Oficina de la Causa de Beatificación de Madre Bernarda Morin.

 “Me es sumamente grato derramar mi corazón en el de cada una de ustedes a fin de estrechar más y más los vínculos que nos unen en el servicio de Dios”

Madre Bernarda, Circular N.º 5 del 30 de junio de 1906

El 29 de diciembre pasado y en el marco de una jornada motivacional que dio inicio a las conmemoraciones por los 170 años de presencia de las Hermanas de la Providencia en Chile, se hizo el lanzamiento del libro “Diálogo de mujeres más allá de la historia”, proyecto que se gestó desde la Oficina de la Causa de Beatificación de Madre Bernarda con el objetivo de que mujeres de distintas procedencias leyeran pensamientos de la Sierva de Dios y libremente escribieran al respecto. Dieciocho de ellas acogieron la invitación que cristalizó en un bello texto, cuyos dibujos fueron realizados por estudiantes del Centro Educacional Santa Clara.

La presentación inició con las palabras de Hna. Gloria García, superiora provincial, que en su momento fue la impulsora de esta idea. Ella destacó la significancia de los ciento noventa años del natalicio de Madre Bernarda y de los ciento setenta años de su llegada a Chile.

Seguidamente hubo un panel donde compartieron su experiencia tres de las colaboradoras. Abrió Gisella Beiza, directora del Jardín Infantil Bernarda Morin de Valparaíso, quien destacó la interpelación de Bernarda sobre hacer el bien: “Hay cosas que no cambian, como la solidaridad, pero hacer el bien también es contextual y en este año 2022 hacer el bien es, por ejemplo, cuidar del medio ambiente y respetar a todos que han sido históricamente discriminados, como las mujeres, migrantes o minorías sexuales. Estos temas no eran relevantes en 1853, pero lo son ahora y en cien años más aparecerán nuevos temas e intereses de la sociedad […]. Asimismo, siento que las palabras de madre Bernarda nos acompañaron hace cien años, nos acompañan en el presente y nos acompañarán y aconsejarán cien años, como a las futuras generaciones”.

Le siguió Martina Brevis, estudiante universitaria, que al momento de escribir era estudiante en Santa Clara; ella señaló: “Fue un gran desafío, puedo decir que también fue una experiencia muy bonita el poder reflexionar los dichos de Madre Bernarda Morin, que me hicieron tomar peso de muchas cosas y descubrir otra perspectiva de cómo vivir la vida, que uno no siempre lo hace; siendo yo adolescente les confirmo que no siempre pensamos en lo que hacemos y como pueden repercutir nuestros actos no solamente en nuestra vida, sino también en la de todos los que nos rodean”.

Finalmente expuso Fátima López, directora de Pastoral del Colegio de La Salle en La Reina. Recordó que, siendo estudiante de enseñanza básica en la Escuela San José, le tocó celebrar los 125 años de la llegada de madre Bernarda y sus compañeras a Chile. Compartió: “La vida de Madre Bernarda está grabada en mi memoria emotiva. […] siento que fui creciendo con ella y descubriendo junto a esa gran mujer mi vocación de servicio […]. Los pensamientos que van este libro son de una sabiduría maravillosa, una mujer que se adelanta a sus tiempos, que no le teme a la palabra afecto hablando de ‘círculo de nuestros afectos’, afectos infinitos. Para mí el circulo es la figura perfecta, no tiene vértices, no tiene aristas, no tiene principio ni fin; la confianza en un Dios rico en tiempo que no nos apura y espera con paciencia infinita”.

Junto con dar gracias a todas las personas que permitieron se pudiese editar este bello libro, que se puede descargar desde el sitio web de la Provincia, va la invitación a sumarse a lo expresado por Hna. Gloria García el día de la presentación, llamando a hacer de la fe: “una presencia amorosa de Dios providencia para todas las personas que, en esta época y en estos momentos, requieren de nuestro aporte y compromiso para permitirles una mano amiga que se una a su vulnerabilidad y juntas avanzar por caminos de paz y solidaridad. Que las personas más pobres sean siempre el foco de nuestro amor Providencia y podamos servirlos en humildad, simplicidad y caridad, pero sobre todo en caridad, como nos legó Emilia Gamelin, nuestra fundadora y a quien tanto admiró Bernarda”.

 
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