Por Loreto Fernández.
Ni la lluvia aguó la hermosa celebración de las Bodas de Oro de nuestra Hermana Esperanza Medina, realizada el día 13 de septiembre. Como es tradicional, después de la Eucaristía, continuamos el compartir en la Casa Provincial y luego le pedimos a la festejada que nos compartiera sus impresiones:
¿Cómo vivió la celebración de sus Bodas de Oro?
Con mucha alegría y sentido de familia. También con un profundo agradecimiento por la gracia de la vida, de la vocación, y de haber sido llamada a esta misión. No tengo palabras para expresar las vivencias de ese día, me sentí amada por Dios a través de todas las formas en que compartían conmigo ese día tan especial.
¿Con qué se queda después de 50 años como Hermana de la Providencia?
Me quedo más fortalecida, es tiempo de renovación y un tiempo de gracia. Los años ayudan a descubrir y ver la vida con más realismo. Dios es fiel a su amor, nadie es fiel por sí mismo, lo es porque Dios lo ha sido primero.
¿Qué momentos significativos podría mencionar en este caminar como Hermana de la Providencia?
Todos los acontecimientos en mi vida han sido significativos, me han ayudado y fortalecido para continuar en el caminar como Hermana de la Providencia, y para reconocer las delicadas muestras de amor del Señor en mi historia personal.
¿Qué desafíos encuentra en relación al futuro de la Congregación y la Provincia en particular? ¿Qué sueños?
Estar alerta a los cambios y a las necesidades presentes, siendo capaces de abrir los ojos y ser realistas para ver la Voluntad de Dios, dejando de lado intereses particulares. Con respecto a los sueños, calidad de vida en lo personal y social, además de vocaciones para la Congregación.
