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Hermanas de la Providencia

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Casa Provincial:

+ 56 2 2205 5947 comunicaciones @providenciasp.cl

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Terranova 140, Providencia, Santiago, Chile.

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Lunes a viernes de 9:00 a 13:30 hrs. y de 14:30 a 18:00 hrs.

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162 Años en Chile: Arraigad@s en la Providencia de Dios

Por Braulio Jeldres, Centro de Espiritualidad Providencia.

162_1Nuevamente el mes de junio es ocasión para compartir y celebrar la presencia de las Hermanas de la Providencia en Chile: 162 años al servicio de l@s más desposeíd@s. Esta alegría agradecida la renovamos al conmemorar aquel 17 de junio de 1853 en que, de manera providencial, arribó al puerto de Valparaíso la pequeña comunidad de religiosas canadienses conformada por Madre Victoria Larocque (Superiora), Sor Amable Dorión, Sor María del Sagrado Corazón Bérard, Sor Dionisia Benjamina Worwoth y nuestra querida Madre, Sierva de Dios, Bernarda Morin. Sólo se hacían acompañar por el Pbro. Gedeón Huberdault (Capellán), el Pbro. Francisco Rock y la Srta. Eloísa Trudeau, quien más tarde ingresaría a la Congregación.

Una vez en tierra chilena, Madre Bernarda daba gracias a Dios por tan providencial  arribo, sin imaginar si quiera la tremenda y hermosa misión que junto a sus hermanas debía llevar adelante: “Lágrimas de tierna gratitud brotaban abundantes y corrían de nuestros ojos”, escribiría la Madre. Pero no solo ella sintió el deseo de agradecer por su llegada. También lo hicieron la Iglesia y el Gobierno de Chile, que ya en esa época mostraban gran preocupación y dedicados esfuerzos por cubrir las necesidades de los niños y niñas desamparad@s que morían por falta de los cuidados básicos. Al confirmar la permanencia de las Hermanas en tierras chilenas, las autoridades exclamaron: “¡Estas son las Hermanas de caridad que el Señor nos envía!”. Serían, sin duda, la “mano de Dios providente” para much@s desvalid@s, hasta nuestros días.

162_3Aquella pequeña comunidad se fortalecía mediante la fe compartida y por el amor al Padre; por la práctica cotidiana de la oración confiada y por la meditación y vivencia del Evangelio. Experiencia de fe y amor, de oración y Evangelio hacían palpable la consagración de todos sus días al servicio de los “pequeños”, los humildes, l@s niñ@s, l@s enferm@s, l@s ancian@s, l@s sin hogar. En otras palabras, encarnaron el mensaje de salvación que la Iglesia ha recibido para proclamar al mundo entero: “El Espíritu del Señor me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres” (Lc 4, 18) y “Más vale dar que recibir” (Hch. 20,35).

162_6Hoy, tras largos 162 años de presencia activa en Chile, las Hermanas de la Providencia, unidas a l@s Asociad@s Laic@s, más tod@s aquell@s que se han sentido identificad@s con su Carisma y Misión, continúan dando vida a la Espiritualidad Providencia mediante su amor por los pobres, amor que para la Iglesia chilena y de América Latina se constituye en un signo de su vitalidad en medio del mundo (Aparecida, 128). Este amor lo han sabido traducir en fundaciones de Hogares y de Colegios, y en la participación activa en el mundo parroquial. Nos alegramos por los hogares en Limache, Valparaíso y Santiago que acogen a niñ@s, adolescentes y personas de la tercera edad para brindarles “calor de Hogar”, alimento y remedio para el cuerpo y para el espíritu, re-componiendo la dignidad de sus vidas como lo quiere el Buen Padre Dios: “La gloria de Dios es la vida de sus hijos” (San Ireneo). Nos alegramos por las comunidades educativas, fundadas para servir a las familias, comunicándoles los más altos valores humanos y cristianos. Gracias por el Jardín Infantil de Valparaíso y los 11 colegios presentes desde la cuarta hasta la novena región. Todos son lugares donde se vive con fuerza la tarea evangelizadora por medio de la educación: formar ciudadan@s que sean constructor@s de una sociedad más justa y solidaria, que brillen por su humildad, simplicidad y caridad, siempre bajo el único Espíritu de la Providencia de Dios (Mt 6, 25-34) y del amor de Nuestra Madre de Dolores. Nos alegramos por la vida parroquial compartida por las Hermanas en Tocopilla y Comodoro Rivadavia.

162_5Nuestro regalo y compromiso, por estos 162 años de presencia en Chile será: vivir el presente arraigad@s en la Providencia de Dios y acoger el futuro con esperanza. Continuar la Misión de Madre Bernarda y su comunidad con renovado espíritu, confiad@s en que todo lo podemos en aquel que nos da fuerza (Flp 4,13), sabiendo que cuanto más débiles somos, más fuertes somos (2Cor 12,10). Desde todos los puntos que señalan la presencia de las Hermanas de la Providencia: donde están las que tienen tareas de gobernanza, de dirección o de acompañamiento, unidas a las que ofrecen sus oraciones y enfermedades para el éxito de la misión, y a l@s que trabajamos con cariño y dedicación en las obras de la Provincia, como una sola Familia Providencia, decimos: “Providencia de Dios, yo te agradezco por todo lo que haces y velas por mí”.

Braulio Jeldres, CEP.

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