Estimadas y Estimados:
¡Hoy Amanece! ¡Es Pascua! ¡Es la fiesta de la Vida! Porque el Milagro de la Pascua nos lleva a las profundidades del corazón de Jesús. La Resurrección se manifiesta en una vivencia renovada del amor a Dios y al prójimo, nos regala la Gracia necesaria para perdonar, y la fuerza espiritual para llevar una vida consagrada a Dios.
Es hora de asomarse al infinito y descubrir su presencia entre nosotras y nosotros, fortaleciendo nuestras esperanzas y anhelos.
¡Es hora de Pascua! ¡Es hora de Resurrección! Es hora de levantarnos del letargo para ir al encuentro de la Luz, la que nos hace mirar desde lo positivo, desde lo que construye, desde lo que ayuda a crecer, desde lo que produce alegría, desde lo que nos lleva a la verdadera comunión y nos pone en movimiento del Espíritu.
Por lo tanto, es hora de brindar por la «Vida Plena» que Dios Padre, en la persona de Jesús, nos sigue trayendo para ensanchar nuestro corazón y hacerlo más sensible y más fraterno.
Estimados y estimadas, hoy estamos llamadas y llamados a que en nuestra vida cotidiana ayudemos a Cristo a resucitar, aliviando a las personas que lo necesitan, mostrando la alegría de la entrega y el encuentro, la ternura de la misericordia, el entusiasmo y el sueño por un mundo más justo y humano, donde la lucidez de la justicia se una estrechamente con el gozo de sentirse amadas y amados; siendo testigos con nuestra palabra y nuestra vida de que ¡CRISTO VIVE!
Un abrazo fuerte y cariñoso, bendiciones y Feliz Pascua de Resurrección.
Hna Ana Teresa Araya, sp.
Superiora Provincial Hermanas de la Providencia
Consejo Provincial
