Su partida se produjo tras un fuerte resfrío, que sumado a sus problemas de salud, fue deteriorando su condición desde fines de agosto.
Ahora nuestra Hermana Soledad descansa en la amorosa presencia del Padre Providente, a quien entregó gozosa su vida en las distintas misiones y trabajos que se le encomendaron.
Te invitamos a leer en el siguiente enlace la entrevista que se le efectuó a propósito de sus Bodas de Oro, donde compartió sus vivencias y sueños: Testimonio de Hermanas Jubilares: Hermana Soledad Navarrete.
Madre Sole, descanse en paz y ore por nosotras.