Por Loreto Fernández M. Oficina Causa de Beatificación Madre Bernarda Morin.
El 29 de julio del presente año, quienes formamos la familia Providencia despedimos a hermana Rina Bernarda, conocida por su nombre religioso, Hna. Claudia, quien falleció el día anterior.
En la capilla de la comunidad Bernarda Morin se encontraban religiosas de la Providencia, incluidas sus hermanas de sangre Pabla y Concepción, familiares, Asociadas Providencia, alumnas, profesores, colaboradores y personas que sentimos muy hondo su partida; si no hubo más personas presentes fue debido a las medidas sanitarias hoy imperantes. Sentimos su muerte y su memoria nos seguirá acompañando a todas y todos quienes tuvimos la alegría de conocerla.
Pedro Pablo Garín, el presbítero que presidió la celebración junto a otros sacerdotes y quien era su amigo desde la década de los 70, citó sin nombrarlo al obispo y poeta Pedro Casáldaliga: “Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres”. Sin duda que esas palabras reflejan en profundidad quien fue hermana Claudia, una mujer que amó intensamente la vida y lo expresó amando a su Congregación, a sus hermanas, a su familia, a las personas con quienes trabajó y de un modo particular a madre Bernarda Morin.
Su Necrología consignó algunos aspectos de su personalidad y su misión como Hermana de la Providencia: “Fue una hermana muy querida en la Congregación, destacándose como educadora y también en roles de liderazgo como directora y superiora, tanto en comunidades locales como a nivel provincial.[…] Sor Claudia tenía un profundo amor por Madre Bernarda; prueba de ello es que durante su primer mandato como superiora provincial, pidió a Sor Amarina Rodríguez escribir un libro sobre la vida de nuestra fundadora en Chile para incorporarlo a la “Colección Providencia” y en el segundo periodo en dicho cargo, impulsada por el Consejo General, reabrió su Causa de Beatificación el año 1995 y posteriormente se dedicó con empeño a promoverla como vice-postuladora.
Fue una mujer alegre, sociable, carismática y de risa fácil que se hacía querer por todas las personas que le rodeaban. Era cariñosa y sensible, capaz de mezclar un gran corazón y una bondad innata, con un carácter fuerte, inteligencia y claras dotes de liderazgo. Era fácil trabajar con ella, pues respetaba a las personas aun cuando no compartiera sus ideas y las animaba a sacar lo mejor de sí. No importaba la edad, ni la condición, sor Claudia compartía con quien fuera, siempre atenta, siempre sencilla, disfrutando la vida con intensidad y con la paz espiritual que irradian las personas piadosas”.
Como equipo de la Oficina de la Causa de Beatificación despedimos con profunda gratitud a hermana Claudia, quien además de reabrir en la Provincia dicho proceso, fue su vice-postuladora desde el año 2011 hasta su fallecimiento.
En agosto, mes en que de un modo especial recordamos a madre Bernarda desde el año 1938, reiteramos nuestros agradecimientos a tantas personas que han promovido el legado de nuestra querida fundadora en Chile, siendo sor Claudia un ejemplo de ellas.
Pidamos la intercesión de la Sierva de Dios, para que abramos nuestro corazón a la amorosa Providencia y que al atardecer de nuestras vidas, cuando seamos examinadas y examinados en el amor, también podamos abrir nuestro corazón lleno de nombres.
La necrología completa de Hna. Claudia Vargas puede encontrarse en el siguiente enlace: Necrología de hermana Rina Bernarda Vargas Collao (Claudia) (354).
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