Por Loreto Fernández M. Centro Bernarda Morin.
El pasado 19 de mayo falleció el destacado historiador, Dr. Fernando Aliaga Rojas. Su muerte, además de a su familia, enlutó a personas y organizaciones vinculadas a la historia, a la Iglesia y a los derechos humanos. El año 2011 estuvo entre los postulantes al premio nacional de Derechos Humanos entregado bianualmente por el Instituto Chileno de Derechos Humanos, destacando en su presentación que Fernando: “Es un representante señero del movimiento de laicos católicos que durante la Dictadura se compromete a colaborar con la Iglesia Católica, encabezada por el Cardenal Silva Henríquez, en la difusión y promoción de la No Violencia Activa como medio social de compromiso y de acción en favor de los derechos humanos. Compromiso que se plasma en 1977 con la creación en Santiago del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ CHILE), organismo presente en diez regiones del país, del que es cofundador y cuyo directorio preside actualmente. Destaca como inspirador y formador de juventudes, de laicos, laicas y personal consagrado de la Iglesia. Fue también parte fundamental en el debate estratégico sobre los valores y principios de la No Violencia Activa”[1]. En 2012, la Comisión de Ética Contra la Tortura le otorgó la “Medalla Helmut Frenz” como reconocimiento al impacto duradero de Fernando en la lucha por la justicia y los derechos humanos[2].
Escritor prolífero, educador, activista e investigador, toda su trayectoria académica estuvo marcada por el compromiso con el Evangelio. La congregación de las Hermanas de la Providencia y especialmente la oficina de la Causa de Beatificación de madre Bernarda Morin, tienen una gratitud enorme por el querido estudioso que se dio a la tarea de continuar la “Historia de la Congregación en Chile”, obra cuyos tres primeros tomos fueron de la autoría de madre Bernarda. En el cuarto tomo, que llega hasta el año 1967, Fernando incluye una relectura desde el año 1853, donde entrega nuevas luces que explican algunos acontecimientos en el desarrollo de la Congregación y da una panorámica sencilla y a la vez profunda de lo que ha significado en esta parte del mundo el apostolado de las Hermanas de la Providencia.
El año 2002 escribió “La entrega sin retorno”, una biografía fiel a la obra de la Sierva de Dios, cuya vida había empezado a conocer más en profundidad, con el nombramiento como integrante del equipo de historia en la causa de beatificación de madre Bernarda Morin, que le hiciera el cardenal arzobispo de Santiago, monseñor Carlos Oviedo Cavada, el año 1997. Fue el primer redactor de la positio[3] y por muchos años fue un difusor entusiasta de la vida y obra de madre Bernarda. Con su fallecimiento se cierra un capítulo, pues parte quien más sabía de la historia de la Sierva de Dios.
Hombre amable, con un gran sentido del humor, cálido y sencillo. Fue un don de Dios conocerlo y conocer su obra que, sin duda, aún nos entregará muchos frutos.
Querido Fernando, lo extrañamos. Gracias por tanto y siga acompañando el trabajo de la Causa desde el cielo.
[1] https://defensoresydefensoras.indh.cl/premio-nacional-de-ddhh/premio-nacional-2011/fernando-aliaga-rojas/
[2] https://www.serpajchile.cl/web/en-memoria-de-fernando-aliaga-1934-2024-defensor-de-la-no-violencia-y-los-derechos-humanos/
[3] «Positio» (“ponencia” sobre las virtudes). Documento que incluye, además de los testimonios de los testigos, los principales aspectos de la vida, virtudes y escritos de la Sierva de Dios.