Por Loreto Fernández M. Oficina de la Causa Madre Bernarda Morin. Con especial agradecimiento a Hna. María Elisa Muñoz por su corrección y aportes.
Primera parte: Recordando…
“Providencia de Dios yo espero en Ti”
El templo, corazón de la Casa Matriz de las Hermanas de la Providencia, estaba dedicado a la Virgen de Dolores y fue fundado el 27 de abril de 1890 con la presencia del presidente José Manuel Balmaceda, sus ministros y el arzobispo Mariano Casanova. Había sido construido de cal y ladrillo en forma de cruz y estilo romano. Madre Bernarda en su correspondencia con Montreal describe como era su entrada: “La casa está un poco retirada de la calle se llega al pórtico de la Iglesia por un óvalo rodeado de 14 palmeras y otras plantas bíblicas como olivos, cedros, sauces llorones y hay también pinos de Canadá”.
En 1993 fue remodelada por la arquitecta Amaya Irarrázaval, oportunidad en que se restauró la nave central de la iglesia, se recuperaron cornisas y el techo se completó con ángulos, perfiles y medallones de madera y yeso. En ese momento también se mandaron a hacer nuevas luminarias, pequeñas lámparas de tres cuerpos que imitaban a las de gas que se usaban hacia fines del siglo XIX. También se confeccionaron vitrales para los confesionarios y se reforzó la parte estructural de los muros que tenían problemas en las esquinas.
El edificio, que resistió los embates de varios terremotos, sucumbió el 24 de enero de 2011 ante un incendio que comenzó en la Residencia Nuestra Señora de Dolores, el que destruyó prácticamente la totalidad de la iglesia. Paradojalmente, esa mañana se habían terminado de hacer varias reparaciones en dicha residencia, conocida comúnmente como el “Pensionado de Señoras”. Las llamas devoraron el templo, el pensionado, lo que era el noviciado y el museo que albergaba todo tipo de recuerdos de Madre Bernarda Morin. El comandante de bomberos, Cristóbal Goñi, explicó que la antigüedad de la construcción de madera y adobe, sumado a que no existían cortafuegos en el techo, facilitaron la combustión del lugar y la rápida propagación hacia el sector de la Iglesia, que se vio afectada en toda su estructura.
“Al atardecer de este día (18:00 hrs.) se declara un voraz incendio en el segundo piso del pensionado. Un anafe encendido toma unas cortinas, las llamas se expanden a través del entretecho en dirección al cruce central de la iglesia y el pensionado. En menos de 30 minutos consumieron por completo el pensionado Nuestra Señora de Dolores, el Museo Madre Bernarda, el Noviciado y nuestro hermoso templo, patrimonio histórico nacional, la sacristía y varias dependencias menores como: piezas para alojar alumnas, bodegas y dormitorios del personal de servicio”. Con esas palabras de la Crónica de la Casa Local del año 2011, inicia el relato de lo que fue una experiencia dolorosa y que marcó un hito de triste memoria en la Provincia Bernarda Morin.
Bomberos logró el control de la situación alrededor de las 20 horas, pero durante la madrugada se registraron dos rebrotes que fueron rápidamente amagados. En los trabajos de extinción del incendio se convocó al 90 por ciento de Bomberos de Santiago; participaron 19 compañías y más de 200 voluntarios, de los cuales 14 resultaron heridos leves por quemaduras y uno por una caída desde altura. A Dios gracias, no hubo ningún deceso que lamentar ni en los voluntarios, ni en las residentes.
El incendio fue noticia nacional. Los canales informaban de la destrucción de una iglesia con años de historia, que era ferozmente destruida por las llamas, poniendo de relieve la pérdida invaluable de patrimonio histórico por efecto de las llamas.
¿Cómo reaccionó la comunidad ante la pérdida? En un próximo artículo conoceremos algunos testimonios.
Para leer la segunda parte de este artículo, visite el siguiente enlace: Entre el dolor y la solidaridad.
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Fuente de imagen de cabecera: Emol.cl.