Queridas amigas y amigos:
Nos encontramos aún con el corazón rebosante de gozo después de haber estado el fin de semana pasado junto a Hermanas y voluntari@s venidos de la Parroquia María Misionera de Renca, del Colegio Santa Rosa, del Colegio Alemán, del CEP y por supuesto la Casa de la Providencia de Valparaíso, con quienes iniciamos el levantamiento de las 10 primeras viviendas para las personas damnificadas por el pasado incendio en Valparaíso. Hemos visto la Providencia de Dios hacerse vida en el trabajo compartido y en la felicidad de las familias beneficiadas, que se sumaron con entusiasmo y gratitud a la tarea emprendida.
Estamos empezando, aún nos faltan recursos económicos para comprar más casas y esperamos contar con más personas voluntarias que puedan ir a trabajar. Seguiremos con la construcción de casas durante el 5 y 6 de Julio. Por lo mismo, les pido que se animen y animen a otros. Como nos decía nuestra Madre Bernarda: «La caridad con el prójimo no es de simple consejo, es un mandamiento de Dios» y agregaba, “no hay que contentarse con deseos ni buenas palabras, la práctica es la ciencia de todo lo que aprovecha”.
¡Esperamos a todos quienes quieran sumarse a esta hermosa obra!
Hna. Nancy Arévalo.
Testimonios de voluntarios“Una experiencia distinta que me conmovió mucho. Nunca en mi vida había vivido algo así. De todas maneras, volvería a repetir esta linda experiencia.” Carmen Martínez, catequista parroquia. “Fueron días llenos de feliz agotamiento físico al ver los rostros sonrientes de padres e hij@s que agradecían el habernos hecho cercan@s a ell@s para unir fuerzas y, junt@s, hacer realidad lo esperado con tanto anhelo: levantar la obra gruesa de sus casas nuevas. Gracias a tod@s l@s que con su generoso aporte monetario hicieron posible que un puñado de voluntari@s pudiésemos hacer vida el pensamiento de madre Emilia: «Humildad, simplicidad…, pero sobre todo, caridad (amor)». Braulio Jeldres, CEP. “Estuve muy contento de participar en esta experiencia. Contento además de haber podido ayudar a las personas que lo necesitan. Con estas experiencias uno se olvida del desgaste físico”. Alain Morrison, arquitecto. “Para mí significó un alivio ir a participar en esta experiencia, no solamente verlo por televisión, estar in situ. Fue algo bonito, si pudiera ir de nuevo, encantada iría”. Cristina Urbina, personal de servicio colegio Santa Rosa.
“La experiencia fue muy grata. Esta vivencia me conectó con ese lado espiritual que se me había olvidado; fue realmente reencontrarme con esa vocación espiritual. Estoy preparado para regresar”. José Álvarez, voluntario de Santiago. |
