Por Karla Meléndez, coordinadora de la Red Educacional Providencia.
El siguiente discurso fue pronunciado por Karla Meléndez, coordinadora de la Red Educacional Providencia y miembro del Equipo de Educación de la Provincia Bernarda Morin, durante el encuentro semestral de la Red realizado el 29 de noviembre de 2024.
Hoy nos encontramos reunidos en un momento cargado de gratitud y profunda emoción. Como coordinadora de la Red Educacional Providencia, me corresponde el honor de dirigir estas palabras al Consejo Provincial de las Hermanas de la Providencia de Chile, quienes culminan pronto un período lleno de servicio, entrega y visión. Este es un instante para reflexionar sobre la importancia de su labor, el impacto de su liderazgo en la conformación de nuestra Red Educacional y el legado que dejan para los colegios que hoy irradian el sello Providencia.
El Consejo Provincial ha sido más que un organismo de dirección; ha sido el corazón espiritual y estratégico que dio fuerza a lo que hoy conocemos como la Red Educacional Providencia. En un mundo en constante cambio, su capacidad de escuchar, discernir y confiar en el camino propuesto por la Providencia de Dios, permitió sentar las bases de una estructura que no sólo organiza colegios, sino que los une en un propósito común: educar desde la fe, el amor y el compromiso.
La conformación y articulación de la Red Educacional no habría sido posible sin su valentía para imaginar un futuro en el que las instituciones educativas pudieran caminar con autonomía, pero siempre unidas en la esencia del carisma Providencia. Esa decisión fue un acto de fe, de desprendimiento y de profundo amor por la misión que Madre Bernarda Morin nos legó. Como ella misma expresó: «Dios proveerá. Él sabe por qué me envió aquí y en sus manos pongo mi vida y todo lo que tengo». Siguiendo esa confianza en la Providencia, ustedes madres Gloria, Gladys, Mariana, María Eugenia y Cristina nos dieron el espacio necesario para crecer y avanzar, confiando en nuestra capacidad de seguir llevando adelante esta misión.
Desde el año 2022, hemos sido testigos de cómo este sueño compartido ha crecido y florecido. En estos años, hemos logrado consolidar una red que no sólo busca la excelencia académica, sino que también se compromete con la formación integral de sus estudiantes, con una mirada puesta en la movilidad social y en el cuidado de nuestra casa común. Cada colegio y jardín infantil de nuestra Red ha asumido con entusiasmo y responsabilidad los principios de solidaridad, fe y servicio que ustedes nos transmitieron.
El legado que como Consejo Provincial dejan, no se mide sólo en estructuras o resultados, sino en los valores que han sembrado en cada comunidad educativa. Su insistencia en que los colegios sean espacios de acogida, esperanza y transformación social ha sido un pilar en nuestra labor. En cada uno de nuestros proyectos, desde la certificación ambiental hasta la integración del Proyecto Educativo Providencia como referente para los proyectos educativos de cada institución, está presente su huella, porque todo lo que hemos logrado se ha construido sobre la base que ustedes nos ayudaron a establecer.
Personalmente, quiero expresar mi profunda gratitud por la oportunidad que se me dio de liderar esta Red junto a madre Gladys. Ha sido un camino de desafíos, aprendizajes y alegrías. Pero, sobre todo, ha sido una experiencia transformadora que me ha permitido crecer no sólo como profesional, sino también como persona. Su confianza nos ha permitido desarrollar iniciativas que reflejan el sello Providencia, adaptándonos a los tiempos, pero sin perder nuestra esencia. Madre Bernarda nos enseñó que «el corazón que ama no teme sacrificios». Ese amor y esa entrega han sido nuestro faro en este camino.
Al despedirnos de este Consejo Provincial, no lo hacemos con tristeza, sino con la certeza de que su legado seguirá vivo en cada colegio y jardín infantil, en cada aula y en cada estudiante que lleva plasmado el sello Providencia. El ejemplo de su liderazgo servirá de inspiración para quienes continuamos esta misión, recordándonos siempre que nuestra fuerza proviene de la confianza en Dios y en la comunidad que hemos construido juntos.
Les agradecemos por ser las guardianas y guías de este carisma que ha transformado vidas y ha dado esperanza a generaciones. Que la Providencia siga iluminando su camino, y que el amor y la gratitud que hoy expresamos sean un reflejo de todo lo que han sembrado en nuestras comunidades.
En nombre de toda la Red Educacional Providencia, gracias por su entrega, su visión y su confianza. Sigamos construyendo, juntos, el sueño de una educación que transforma, inspira y da testimonio del amor de Dios.