Por Juan Carlos Bussenius, coordinador del Centro de Espiritualidad. Para los que estamos en la década de los cincuenta o más, somos la última generación que vivió el refrán “abril, aguas mil”, que jugó con los “pololos” (insectos que se pegaban en los dedos o en la ropa), que escuchábamos a los grillos y veíamos como volaban mariposas, abejas y
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