18 de septiembre de 2015 – En vistas al próximo Capítulo de Elecciones a efectuarse en la Provincia Bernarda Morin el próximo 9 y 10 de octubre, se efectuó el pasado 21 y 22 de agosto un Retiro de Discernimiento con aquellas Hermanas sugeridas para los cargos del nuevo equipo de Liderazgo Provincial.
El encuentro contó con la presencia de Hermanas: María Angélica Alvear, María Eugenia Arancibia, Gloria García, Jaquelina Juárez, Esperanza Medina, María Julia Sanzana, María Antonieta Trimpay, junto a las Hermanas del Comité de Discernimiento: Nancy Arévalo, Rebeca Malhue, María Loreto Tapia y Orietta Coopman.
Acompañando el retiro estuvo el padre Juan Pablo Cárcamo (sj), Director del Centro de Espiritualidad Ignaciana, quien realizó una profunda reflexión.
La experiencia fue muy bien valorada por las participantes y confiamos que será de gran ayuda para toda la Provincia en este momento. Nos unimos en oración por ello.
Reflexión de esperanza
El Padre Juan Pablo Cárcamo (sj) invitó en la ocasión a reflexionar considerando que todo tiempo de Dios –todo momento de nuestra historia de salvación– es finalmente pascual, ya que contiene opacidad, pero también embutida esperanza.
Desde lo anterior, la pregunta a quien se atreve a hacer discernimiento es si está dispuesto a discernir la esperanza y la novedad. Expresó que lo que cuesta más es vislumbrar la novedad. Descubrirla es el desafío de todo tiempo y por ello no debería extrañar que las complicaciones sean, en este punto, mucho mayores. Síntomas de ese agotamiento son detectables: cuando imaginamos un futuro en el que nos vemos calcando nuestra realidad presente; cuando no afrontamos la elección y permanecemos en la duda; cuando corporativamente emergen bloqueos de seguimiento o cuando hay perspectivas deformantes de comprensión de la realidad o lagunas serias de información, entre otras complicaciones.
Apuntó también el padre a que la pregunta que hemos de hacernos antes de un proceso de elección es si hemos recibido la gracia de haber trabajado nuestros afectos desordenados suficientemente. Es preciso apartarlos para que no influyan en la búsqueda de la voluntad de Dios. Para ello, invitó a reflexionar: ¿Hay confrontación de líneas ideológicas (teológicas, identitarias o políticas) muy marcadas? ¿Existe desencuentro de generaciones, de tradiciones distintas? ¿Existen polarizaciones regionales y culturales? ¿Existe desencuentro sobre visiones estratégicas? ¿Hay luchas de poder?