Por Paola Bustamante Rojas, Centro General de Padres y Apoderados de Colegio Providencia de Maipú.
El pasado mes de agosto nos reunimos en torno a un trozo de pan, un vaso de vino y algunas reflexiones sobre el verdadero sentido de la Solidaridad, al abrir nuestro corazón. En particular, este año el objetivo fue ir en ayuda de los integrantes de la Congregación, que sufrieron la pérdida de sus casas y recuerdos tras el incendio de Valparaíso.
Agradecemos a tod@s quienes fueron parte de esta celebración, tanto a quienes asistieron como a quienes ayudaron en la organización y realización, ya que la preparamos con mucho cariño.
Como señalé, los fondos recaudados irán en directa ayuda de las personas de la Congregación que viven en Valparaíso y que perdieron todas sus cosas tras el mega incendio de abril. Esperamos no sólo ayudarlos de manera económica, sino que también emocionalmente, para lograr superar esta gran pérdida.
Recordemos que esta tradición comenzó en 1983, cuando diferentes personas de empresas, del mundo político, artístico y religioso aceptaron una curiosa invitación realizada por el padre Renato Poblete s.j., en ese entonces Capellán General del Hogar de Cristo.
A través de un sencillo menú conformado sólo por “pan y vino”, el sacerdote jesuita no sólo aprovechó la ocasión para darles a conocer la obra que esta fundación tenía en ese periodo -la principal obra de San Alberto Hurtado-, sino también, comprometer su ayuda en beneficio de quienes vivían en condiciones de extrema pobreza.
En la actualidad, es tarea de nosotr@s darle el mejor uso a este gesto desinteresado de solidaridad. Frente a esto, no nos queda más que agradecer la oportunidad.
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