Con la presencia y el gran cariño de familiares, hermanas y amigos, el 13 de mayo se realizó la misa funeral de Hna. Escolástica Villalobos, quien partió a la Casa del Padre el pasado 12 de mayo en la comunidad Bernarda Morin, a la edad de 88 años.
La capilla de la comunidad fue el espacio elegido para honrar su vida y servicio en la Congregación, en sus 67 años de vida religiosa.
Nos unimos en oración por el descanso eterno de la querida hermana Escolástica y agradecemos a Dios Providencia por ponerla en medio nuestro. A continuación, compartimos su necrología, en recuerdo y homenaje:
NECROLOGÍA DE HERMANA
SILVIA REGINA VILLALOBOS CARRASCO
(Número de Profesión 373)
12 de mayo del 2023
“El Señor es justo y ama la justicia; los rectos verán su rostro”
Salmo 11, 7
Sor María Escolástica, como se la conocía en la Congregación, nació en Cabrero, en la región del Biobío. Entró al postulantado el 15 de octubre de 1955 e hizo su toma de hábito el 2 de julio de 1956. Su primera profesión fue el 1 de marzo de 1958 y sus votos perpetuos el 5 de abril de 1963, alcanzando a cumplir 65 años de vida religiosa.
Perteneció a una familia profundamente católica y muy respetuosa de la vida religiosa, es por ello que cuando dejó su casa para iniciar su vida religiosa en la Congregación en la casa de formación en Santiago, recibió de su padre boletos de primera clase, en el tren que la trasladaba junto a Sor Josefina Valenzuela. En cuanto dejaron el andén, la hermana acompañante le dijo: Hija, las Hermanas de la Providencia servimos a los pobres, no podemos viajar en este vagón; y claro, la llevó hasta el vagón de tercera clase, lo que significó que tuvo que viajar de pie gran parte del trayecto.
Madre Escolástica se caracterizó por ser una religiosa de trato delicado, muy buena dueña de casa, lo que demostró en varias comunidades donde prestó el servicio de superiora.
Podríamos decir con cariño, que era una hermana “a la antigua”, que sufría con las formas nuevas que iba manifestando la vida religiosa de ser vivida, y sin embargo, desde esa misma formación, poseía un profundo espíritu de fe y disponibilidad para “no ir más allá de donde la obediencia la mandara”. Fue así que sirvió en el ministerio de educación, en el de pastoral social y en el parroquial, siempre pronta y responsable en todas las labores que se le encomendaron en la Providencia de Antofagasta, en el Colegio Providencia de Concepción, en la Casa de Tocopilla, en el Hogar San Vicente de Paul en Limache, en la Casa de la Providencia y en el Hogar de Ancianas de Valparaíso; en la Residencia Nuestra Señora de los Dolores, en el Hogar de Ancianas de San José, en la Casa Local y en la Comunidad del Colegio Santa Rosa, que fueron sus destinos antes de llegar, por motivos de salud, a la Comunidad Bernarda Morin en el año 2016.
Una mujer de gran piedad y un amor profundo por Madre Bernarda. Fiel a su legado, fue muy querida en los lugares donde misionó, por su sencillez y buenas maneras de ser para con todos.
Querida también por su familia carnal, a quien ella siempre tuvo en el corazón y con quien mantuvo un vínculo afectuoso, gozaba con sus vacaciones en la familia; pese a ello, se dedicó por entero a la Congregación y las religiosas de la Providencia fueron sus hermanas y su amada familia espiritual.
Madre Escolástica, hoy con cariño te decimos:
DESCANSE EN PAZ Y ORE POR NOSOTRAS