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Hermanas de la Providencia

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Hna. Nancy Arévalo, Consejera Secretaria Provincial: “El Espíritu nos está llevando a buscar caminos nuevos para servir de mejor forma»

EntrevistaHnaNancyCabeceraVoz del que clama en el desierto:
«Preparad el camino del señor, haced derechas sus sendas”.
Mc.1,3.

Por Loreto Fernández.

Sí, muchas veces parece que clamamos en el desierto, en la sequedad de no dar con las respuestas, caminando en medio de tonos grises, sin animarnos a dejar la opacidad y, a la vez, agobiadas en ella. La vida cristiana es la vida de la fe, y la vida religiosa quiere ser eso justamente, la experiencia cristiana en radicalidad, esa que se construye en el desierto y en la que avanzamos de oasis en oasis. ¿Nuestra misión? Ayer como hoy, proclamar la Buena Nueva, hacer camino para Dios.

Nuestra Provincia, consciente de lo anterior, se ha sumado al proceso de reflexión y discernimiento liderado por el Consejo General y que se viene configurando justamente a partir de nuestros últimos Capítulos.

Quisimos que Hermana Nancy nos compartiera su percepción sobre algunos acontecimientos, que podemos leer como oasis de esta caminata que hemos emprendido. Acá dejamos sus reflexiones.

  • ¿Cómo fue la Conferencia General efectuada el pasado mayo en Edmonton?

Fue un tiempo de Encuentro y de Gracia de Dios, donde pudimos compartir con las Hermanas. Cada vez que nos encontramos hay mayor fraternidad unidad. Cada vez nos sentimos más pertenecientes a una sola Congregación y no de distintas Provincias.

Dentro de los temas más importantes que nos estuvieron acompañando durante toda la Conferencia General, resaltó un texto que nos enviaron antes, del Padre Antony Gitin, sobre aventura y transformación. Este texto fuimos desarrollando, discerniendo y escrutando todos los días a través de la oración. Tiempos que fueron verdaderos espacios de encuentro profundo con Dios y de un compartir en la fe.  El texto también nos ayudó a ir tomando conciencia de la importancia hoy en día de la vida religiosa, la que tiene que estar constantemente en transformación y abierta a la aventura, tal como el llamado que nos hizo Jesús. A la vez, debemos reconocer cómo a través de nuestras Fundadoras se pudo vivir el comunitas, que es esta experiencia sagrada, que llevó a formar Congregaciones, lo que nos invita a nosotras hoy a tener ese espíritu aventurero y de transformación que la Iglesia y la sociedad necesitan para poder seguir Evangelizando. Esto, desde los tiempos de hoy, con las realidades de hoy, como Hermanas de la Providencia, con nuestras propias riquezas y falencias.

  • ¿Cuál es su visión de lo que está aconteciendo en las otras Provincias?

Pudimos compartir los informes de cada Provincia, que también nos enriquecen, porque nos hacen tener una visión más amplia de lo que es la Congregación.  Hay muchas realidades que se van asemejando unas a otras y que nos ayudan a comenzar a dialogar sobre cómo en la Congregación podemos ir ayudándonos a  tomar decisiones más concretas e ir viendo de qué forma podemos dar respuestas a las necesidades que estamos viviendo hoy, no sólo como Congregación sino también como Provincia.

Otro compartir fue acerca de las experiencias que la mayoría de las Provincias tiene con respecto a Hermanas que viven en nuestras comunidades y que pertenecen a otras Congregaciones. Son experiencias nuevas que se han ido dado: hay Provincias que están más avanzadas, pero que también tienen una gran riqueza y grandes desafíos.

También vimos cómo estamos participando y actuando respecto al Centro de Justicia, Paz e Integridad  de la Creación (JPIC), que es un compromiso que tenemos como Congregación en el que debemos ir involucrándonos más, viendo cómo podemos ser más activas.

  • ¿Cuál es su visión respecto al liderazgo?

En la Conferencia General analizamos la falta de superioras locales y otros ministerios de autoridad dentro de la Congregación. Tuvimos un tiempo largo de diálogo para ver de qué forma podemos ir solucionando la falta de Hermanas con respecto al servicio de autoridad; cómo podemos ir preparándonos en relación a esto; y cómo podemos ir generando nuevos modelos y formas de estructurarnos, tanto a nivel de Congregación como también a nivel local.

Además, estuvimos compartiendo en relación a la gran festividad sobre la Vida Consagrada, que comenzará el 2015, y el cómo nosotras, como Hermanas de la Providencia, vamos a estar presentes y de qué manera vamos a celebrar.

  • ¿Qué desafíos sobre la misión se desprenden para las Hermanas a partir de lo vivido en la Conferencia?

Es un proceso respecto al cual tenemos que empezar a tomar conciencia como Congregación. Es un espacio de discernimiento que tenemos ir haciendo. Hay muchas cosas que tenemos que ir dejando para poder realmente seguir dando respuestas esperanzadoras, como Hermanas de la Providencia, a un mundo que nos está pidiendo a gritos llevar esperanza, llevar ese rostro alegre de Dios y seguir caminando hacia lo que el Señor nos va pidiendo. Esto implica que todas tenemos que poner de nuestra parte, que cada una de las Hermanas de la Providencia tenemos que estar dispuestas a aceptar este llamado de transformación y de conversión.

Es significativo el espíritu de fraternidad y hermandad que se está viviendo, el cual hemos ido acrecentando, y que nos ayuda justamente a  la apertura de mente. Así, podremos ir descubriendo que estamos en un tiempo clave, que necesitamos una transformación profunda como Congregación, y que esta transformación nos tiene que ayudar a ir dando respuestas verdaderas al llamado que Dios nos hizo como Hermanas de la Providencia. Nos tiene que ayudar a no quedarnos estancadas, a no seguir marcando el paso, sino que a aventurarnos a este llamado que el Señor nos está haciendo hoy, con las realidades que estamos viviendo en la actualidad.

Otra cosa que también nos marcó, de acuerdo a las realidades que estamos viviendo dentro de todo este proceso de cambios, fue el  compartir de nuestras Hermanas de Filipinas, con respecto a dejar una Vice-Provincia para pasar a ser una Comunidad de la Provincia Madre Joseph. Realmente fue un momento de gracia, sagrado y de profunda empatía.

  • ¿Que nos puede compartir respecto a los encuentros que se están realizando en vistas a nuevos modelos de gobernanza?

La propuesta que ha surgido de este grupo a nivel general realmente ha nacido en el momento preciso que Dios tenía preparado. Realmente ha sido un tiempo de decantar y analizar las estructuras en que estamos viviendo en este momento, que no nos están sirviendo para la misión a la que estamos siendo llamadas. Ha sido un tiempo donde todas las Hermanas, con un espíritu realmente de apertura, queremos ir buscando los mejores caminos para servir a Dios en el mundo de hoy.  Esto nos ha llevado a poder descubrir, con esta realidad que somos y con esta realidad que tenemos, de qué forma podemos hoy estructurarnos para servir mejor. Ello nos invita a la conversión y trasformación, para poder ayudar a transformar a otros y brindar esperanzas. Si  nosotras seguimos en este camino de agotamiento, de sobre-actividad, de estancamiento y de sentir de que cada vez somos menos, no vamos a poder seguir cumpliendo con la vocación a la que cada una estamos llamadas.

Ha sido un tiempo realmente de fraternidad, donde hemos podido compartir desde nuestras propias realidades, desde nuestras propias carencias, pero a la vez desde nuestras propias riquezas. Eso nos ha ayudado a ver al mundo de forma distinta y a saber que todas queremos poner lo mejor de nuestra parte. Estamos en un momento donde siento que el Espíritu nos está ayudado, nos está impulsando y llevando a buscar caminos nuevos para servir de mejor forma, servir realmente y escuchar la voz de Dios que nos llama hoy.  

 
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