Por hermana Gladys Núñez, Comunidad Bernarda Morin (en la imagen, última hermana a la derecha, junto a Yannick Frechette).
Madre Emilia Gamelin nació en Montréal, el 19 de febrero de 1800. Después de la muerte de su esposo, Juan Bautista Gamelin, y de sus tres hijos, se consagró totalmente al servicio de los pobres. Ella fundó la Congregación de las Hermanas de la Providencia para cuidar a los huérfanos, las ancianas, los sacerdotes enfermos y pobres, y los enfermos mentales. Cuando falleció, el 23 de septiembre de 1851, extenuada por sus numerosos trabajos, su reputación de santidad ya era conocida.
En 1980 se abrió el proceso de Beatificación en Montréal. El Decreto sobre el heroísmo de sus virtudes fue promulgado en presencia de su Santidad Juan Pablo II, el 23 de diciembre 1993. La causa se sometió a examen en preparación para la Beatificación para las Causas de los Santos.
A ella se le atribuye una curación extraordinaria ocurrida en Montreal en 1983. Se trata del pequeño Yannick Frechette. En 1980 el pequeño tenía entonces 10 años y sufrió en la bóveda craneana la extirpación de un granuloma eosinófilo en el parietal derecho. Al año siguiente fue víctima de una linfoblastosis aguda. A consecuencia del tratamiento de esta leucemia, el niño tuvo cierto alivio en su enfermedad, pero luego hubo recaídas. El 21 de septiembre de 1983 se procedió a un trasplante de médula ósea, donada por su madre, pero un mes más tarde se produjo un rechazo y la médula del niño volvió a ser “desértica”, es decir privada de los elementos celulares. Sin defensas inmunitarias, Yannikc fue víctima de numerosas complicaciones infecciosas y de problemas cardiacos.
La aplacia (ausencia de desarrollo) medular duró alrededor de 100 días. El pronóstico de los médicos tratantes en cuanto a oportunidad de vida del pequeño era totalmente pesimista.
Desde que la enfermedad fue declarada, la abuelita del niño junto a algunos familiares, amigos y Hermanas de la Providencia, habían implorado con insistencia la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Emilia, a la cual la abuelita tenía gran devoción. El mismo Yannick tenía mucha esperanza en la intercesión de Madre Emilia.
A mediados de diciembre de 1983, durante un examen de la médula espinal constataron que la leucemia no había progresado. El 21 del mismo mes, el niño fue dado de alta en el hospital. Había recobrado la salud.
La Curia de Montréal ingresó la Causa en 1997, y la investigación quedó confirmada por el Decreto promulgado el 20 de marzo de 1998 por la Congregación para las Causas de los Santos. En su sesión del 16 de diciembre de 1999, el Colegio Médico del Dicasterio resolvió que la curación había sido rápida, completa y permanente y que la reconstrucción autónoma e inesperada de la médula espinal, después del rechazo del trasplante permanece inexplicable desde el punto de vista científico.
El 23 de mayo tuvo lugar la Asamblea especial de expertos teólogos y el 21 de noviembre del mismo año se celebró la sesión ordinaria de los Cardenales y Obispos en la cual Monseñor Andrea Maria Erba intervino a título de Informador sobre el carácter milagroso y el origen divino de los sucesos.
Estos hechos fueron puestos en conocimiento del Soberano Pontífice Juan Pablo II, su Santidad, accediendo a los deseos de la Congregación para las Causas de los Santos, ordenó la redacción de un Decreto acerca de la asombrosa curación antes descrita.
Así, fue declarado el milagro obrado por Dios gracias a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Emilia Tavernier, viuda de Gamelin, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Providencia, en el caso del niño Yannick Fréchette que fue curado en forma rápida, completa y permanente.