Por Hermanas de la Providencia.
Nuestra Provincia celebra con cariño y reconocimiento el 20 de agosto, onomástico y fecha de la primera profesión religiosa de la Sierva de Dios Madre Bernarda Morin.
Nos parece que es un momento propicio de compartir con ustedes algunas reflexiones, de tono coloquial pero de gran profundidad, del Dr. Fernando Aliaga, historiador, miembro del Centro Bernarda Morin y gran conocedor de su obra, con motivo de la llegada a la Provincia Bernarda Morin, en junio pasado, de cartas de su autoría escritas en su tiempo a la familia y a la superiora general de la época.
Que las palabras de Fernando Aliaga sean una invitación a dejarnos interpelar por el ejemplo de vida tan notable que nos legó nuestra fundadora en Chile:
“Creo que es muy importante valorar la calidez o el valor humano que tiene Madre Bernarda, en primer lugar yo diría: ¡Qué cerebro! Para responder todas las cartas que vienen de los obispos, de los presidentes, de los empleados fiscales, etc. Ahí se demuestra con una capacidad muy importante respecto a enfrentar los problemas, analizarnos y darles una respuesta; luego viene toda su referencia a lo que son las hermanas. Ahí tenemos una veta que es muy importante, de una dirección espiritual y de una pedagogía de orientación para cada comunidad y para cada persona, ya que para nosotros viene a ser una expresión de mucha riqueza.
En esta pedagogía de la bondad ella se expresa muy al callo de cada persona, no le tiene miedo de decirle a una de las hermanas “de apellido”, que tiene que ser más humilde y sencilla -ya se lo había dicho otras veces- y que cuando converse con sus hermanas no hable con la boca “cuadrada”, esto sobre todo lo que busca es la relación de convivencia entre las hermanas.
Tercero, con las cartas a la familia, este otro aspecto es, como quien dice, el modo de respirar afectivamente que ella tiene respecto no solamente a su sobrino sino que a toda la conexión que tiene hacia sus parientes.
Una vez que uno se somete a ver todo este acervo grande de cartas, surge una visión teológica, una visión en que la Providencia para ella significa este calor humano que yo voy sembrando y que yo voy construyendo a través de pequeños grupos, o a través de lo que yo estoy haciendo, y eso ella lo desarrolla en sus diversos escritos.
Por otro lado, Madre Bernarda tiene una capacidad de conocer a las personas, de intuir y llegar con sus respuestas a lo que esa persona es. Yo me llevé, por ejemplo, el libro de la Necrología de las Monjas, hay muchas que redactó ella, entonces estuve leyéndolo esta semana e impresiona ver cómo las monjas morirían entre los 27 y 35 años, una cantidad inmensa, las que siguen para los 40 y 50 son muy pocas, faltaba que viniera una pulmonía y fallecían. El promedio de vida era muy poco. Madre Bernarda ahí, trabaja ese tema del Dios Presente, que va guiando, por eso existe un documento que dice que la mujer Providencia es una mujer que se atreve porque confía en la Providencia”.
Para finalizar, les dejamos imágenes del Certificado de nacimiento de Madre Bernarda, su partida de Bautismo y su Voto del año 1889 al Sagrado Corazón.