Desde la Oficina de la Causa de Beatificación de Madre Bernarda Morin: “Con madre Bernarda, renovamos la alegría de servir”

Por Loreto Fernández M. Oficina de la Causa de Beatificación de Madre Bernarda Morin.

“Que se haga poco o mucho no importa. Dios es todopoderoso ve nuestros sacrificios y a su tiempo brotará la semilla. Con esta cita de nuestra querida Sierva de Dios, madre Bernarda Morin, iniciamos nuestro encuentro, conmemorando los 95 años de su fallecimiento. Hoy nos reunimos para celebrar como comunidad, el legado que la Congregación de las Hermanas de la Providencia inmortalizó en nuestro país y más profundamente en nuestros corazones. Cientos de familias han sido parte de esta gran obra, propagando por cada rincón de Chile la Providencia de nuestro Señor. Queremos agradecer a la Congregación de las Hermanas de la Providencia por su contribución al desarrollo y fortalecimiento de la sociedad chilena, siendo ejemplo vivo de amor al prójimo, proclamando la caridad compasiva y solidaria con miles de personas que, gracias a ellas, pueden obtener las herramientas necesarias para enfrentar la vida y desarrollar sus proyectos personales. Que el legado de las grandes mujeres Providencia, madres Emilia, Bernarda y Joseph, y el ejemplo de nuestras queridas hermanas del presente, nos continúe inspirando a manifestar los misterios de un Dios Providente”.

Con esas palabras se daba inicio el pasado 4 de octubre a un encuentro para conmemorar los 95 años del fallecimiento de la Sierva de Dios y fundadora de las Hermanas de la Providencia en Chile. La actividad se efectuó en el atrio de la Iglesia de la Casa Matriz, con todo el simbolismo de recuperar un espacio tan querido y prácticamente sin uso después del incendio del año 2011, que afectó la Iglesia, el noviciado y el museo. Así mismo, la instancia expresó la diversidad del carisma congregacional, tanto en sus obras como en las personas que son parte, lo que se reflejó en un programa que tuvo oración, música, baile, poesía, regalos… en fin, un día compartiendo en familia, con sencillez y alegría.

Todo esto fue posible gracias a innumerables personas que asistieron, particularmente al equipo organizador y a quienes apoyaron facilitándolo todo, porque ser el rostro amoroso de la Providencia muchas veces es justamente eso, poner el trabajo, los dones y la voluntad para generar espacios de encuentro.

Sobre todo, fue posible porque a pesar de que Bernarda falleció hace 95 años, su ejemplo de vida sigue vivo y los frutos de su labor en Chile son justamente los que pudimos disfrutar ese día. En su saludo inaugural del 4 de octubre, Hna. Gloria García, superiora provincial, lo resumió con estas palabras: “Fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Providencia en Chile, misionera insigne, visionaria, guía espiritual, escritora, fue de esas personas que dejan huella más allá de su existencia terrena. Bernarda fue una mística entregada por completo a su amado Jesús y por lo mismo, una cristiana de fe práctica que pasó haciendo el bien y mostrando con su vida el rostro humano de Dios”.

Quiera Dios que acciones como estas nos den la osadía de vivir el Evangelio como lo hicieron nuestras amadas fundadoras y que hagamos vida el lema que animó el encuentro: “Con madre Bernarda, renovamos la alegría de servir”.