Por Hna. Gladys Flores, Equipo de Educación de la Provincia Bernarda Morin.
«La educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza»
El papa Francisco ha promovido la iniciativa de un Pacto Educativo Global señalando que su objetivo es “reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”. Por ello, invita a las familias, a las comunidades, a las escuelas, a las universidades, a las instituciones, a las religiones, a los gobernantes, a los hombres y a las mujeres a firmar un pacto educativo. La Red Educacional Providencia se hace parte de esta iniciativa y responde al llamado del Papa comprometiéndose a través de las siguientes siete vías:
1) Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona, su valor, su dignidad, para hacer sobresalir su propia especificidad, su belleza, su singularidad y, al mismo tiempo, su capacidad de relacionarse con los demás y con la realidad que la rodea, rechazando esos estilos de vida que favorecen la difusión de la cultura del descarte.
(Salmo 8, 4-5: Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él? ¿Qué es el hijo de Adán para que cuides de él?).
2) Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes a quienes transmitimos valores y conocimientos para construir juntos un futuro de justicia y de paz, una vida digna para cada persona.
(Mt. 19-14: Jesús les dijo: «Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos»).
3) Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.
(Prov. 31: “La mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas”).
4) Tener a la familia como primera e indispensable educadora.
(Gn. 1,28: Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra»).
5) Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.
(Mt. 6, 3-4: Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará).
6) Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén verdaderamente al servicio del hombre y de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral.
(Mc. 6, 41: Tomó Jesús los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Asimismo, repartió los dos pescados entre todos).
7) Salvaguardar y cultivar nuestra casa común.
(Gn. 1, 28 -30: Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.»
Dijo Dios: «Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de árboles frutales.
A los animales salvajes, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra, les doy pasto verde para que coman.» Y así fue).
El Santo Padre propone a través de este mensaje comprometernos en este pacto educativo global. No nos propone una acción educativa, tampoco nos invita a desarrollar un programa, sino que se concentra en un pacto o, como él precisa, en una alianza educativa. Para hacer un pacto, de hecho, se necesitan dos o más personas diferentes que decidan comprometerse en una causa común.
Es nuestra decisión sumarnos a esta gran tarea y cuidar nuestra casa común.