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Desde el Centro Bernarda Morin: Terminar con el bullying es tarea de todos

Por Hna. Ana Georgina Rozas G. Coordinadora Centro Bernarda Morin.


El acoso es un tema que desde diferentes ámbitos e instituciones se aborda como un flagelo que destruye la sana convivencia y lo más delicado: la vida, la felicidad y el desarrollo armonioso de la persona. Buscando evitarlo, el pasado 2 de mayo se conmemoró el Día Internacional Contra el Acoso Escolar, para erradicarlo de todo ámbito de la sociedad.

El papa Francisco nos dice que el bullying es un fenómeno de auto compensación, de auto valoración, pero disminuyendo al otro para sentirse más alto[1]. En el mismo sentido, monseñor Fernando Chomalí, en una carta pastoral del 2023, expresa: «Detrás de cada acto de violencia hay una historia donde falta cariño, amor, comprensión y ternura»[2].

Dios es el fundamento de una sana convivencia, por ello, potenciar la presencia de Dios en la educación, en la familia y en el trabajo, es fundamental. Las enseñanzas de Jesús, de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado y hacer a los demás lo que queremos que nos hagan, siguen vigentes. Cuando somos testigos del dolor, del sufrimiento, del rechazo o del abandono de alguien y no hacemos nada al respecto, le estamos fallando a Dios, porque todos somos hijos suyos, y porque ahí, en el hondo dolor de esa otra persona, también está Jesús.

Sin embargo, hay esperanza, existe la posibilidad de prevenir el bullying y esto se logra educando en empatía.

Empatía significa «dolerse con el otro» y es eso lo que necesitamos aprender para poder enseñar. Como personas pertenecientes a la gran familia Providencia, debemos crecer en la empatía para poder salir al encuentro del otro. Cristo fue el más empático del mundo. No solo sufrió con nosotros, sino que sufrió por nosotros.

No podemos cerrar los ojos al mal que existe en el mundo, ni encerrarnos en la burbuja de nuestras comunidades cristianas, pues eso estaría en directa contradicción con nuestra misión de transformar el mundo. Al vivir en medio de nuestra sociedad, debemos ser personas lo suficientemente providentes para no dejarnos arrastrar por ciertas actitudes, corrientes o ideologías populares. Nuestra firmeza, sin embargo, no debe mellar en nada nuestra bondad ni benignidad: «Gentil, pero no débil».

La solución al bullying es la caridad, el amor al prójimo que es reflejo del amor a Dios. San Juan lo dice en su primera carta: «Y si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto; ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?» (I Jn 4, 20).

Líder y siervo, esa es la combinación que Dios espera para aquellos a los que les ha encomendado un ministerio. Aunque liderar y servir no es algo que Dios ha destinado a algunas personas específicas, todos los cristianos somos llamados a liderar y a servir a los demás. Nuestro modelo de servicio y liderazgo es la Sierva de Dios Bernarda Morin, quien hizo suya la pedagogía de la escucha, el acompañamiento y el amor. El amor a Jesús y, por ende, al prójimo, le inspiraron y dieron el impulso para ser el rostro, las manos y el corazón de Dios en medio de las necesidades de su época.

Madre Bernarda trabajó incansablemente por la dignidad de las niñas, niños y jóvenes al cuidado de la Congregación. Por lo mismo, puso mucho empeño en entregar la mejor educación posible, una escucha atenta y un trato respetuoso. Llamó siempre a establecer relaciones humanas donde imperara el respeto hacia todas las personas, sin importar su jerarquía o rol. Uno de sus pensamientos nos dice: «Desconfiad de todo proyecto de perfección que os lleve a creer que sois más que los otros o valéis más que ellos»[3].

Ella acogió con amor y respeto a los más desvalidos de la sociedad, entregando según sus necesidades, para hacerles crecer en lo humano, intelectual y, sobre todo, en su ser persona, con dignidad y valía. El pedir perfección a los otros estaba muy lejos de lo que creía, porque sólo el amor puede cambiar los corazones y las actitudes de los demás.

Para la Sierva de Dios era muy importante amarse y respetarse desde las diferencias. Lo que dijo a sus hermanas, lo podemos extrapolar a nosotros hoy.

Termino con las palabras y anhelos de madre Bernarda: “Ardientemente deseo que una completa salud, la observancia, la concordia, la unión, la paz y la más pura alegría abunden en todas nuestras casas”[4].

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Le invitamos a reflexionar:

  • ¿Se ha preguntado si en su escuela, trabajo u hogar hay conductas de bullying?
  • ¿Qué ha hecho para remediarlas?
  • ¿Ayudó a la víctima? ¿Rezó por los acosadores?

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 Si desea conocer más sobre la vida y obra de la Sierva de Dios Bernarda Morin, puede contactarse con la Oficina de la Causa de Beatificación al correo: centrobernardamorin@providenciasp.cl.


[1]“Papa a Scholas Occurrentes: jueguen por el diálogo y declaren guerra al acoso”, Vatican News. https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-06/papa-scholasa-occurrentes-ciberacoso-dialogo.html. Video completo de las palabras del Papa en https://youtu.be/j4S2qXihmD8?si=ykll9PmCRwYYUf84.

[2]“Mons. Fernando Chomalí publica Carta Pastoral sobre el bullying”, 28 de junio de 2023 en iglesia.cl. https://www.iglesia.cl/45896-mons-fernando-chomali-publica-carta-pastoral-sobre-el-bullying.html

[3] Fotocopias escritos de Madre Bernarda, 1922-1881. Archivo Provincial.

[4] Circulares generales, 1937. Circular N°6, 19 de febrero de 1908.


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