Continuando con la bella tradición acordada en 1938 por la entonces Congregación de las Hermanas de la Providencia de Chile, la actual Provincia Bernarda Morin celebró el pasado 20 de agosto la memoria de Madre Bernarda con una Eucaristía y un acto tributo en el día de su onomástico.
Organizada por la Oficina de la Causa de Beatificación de Madre Bernarda, esta memoria agradecida contó con la presencia de hermanas, Asociados Providencia, colaboradores, estudiantes, residentes y personal de las obras, además de personas cercanas a la Provincia, quienes fueron parte del agradecimiento conjunto al Señor por la vida de la Sierva de Dios y por su testimonio de amor y servicio.
La Eucaristía de conmemoración fue realizada en la capilla de la comunidad Bernarda Morin, siendo celebrada por el capellán de la comunidad, padre Jorge Manríquez C.M., acompañado en el altar por el padre Maximiliano Parra, Asociado Providencia y capellán del Centro Educacional Santa Clara.
Como parte de las ofrendas, la Eucaristía incluyó reflexiones escritas en las que hermanas, Asociados Providencia y colaboradores, expresaron su gratitud a Dios por el legado de Madre Bernarda, reconociéndola como amiga, compañera de ruta e intercesora ante Dios Padre Providente.
Acto tributo
Originalmente planificado para realizarse en la rotonda de la Iglesia Matriz en Chile, el acto tributo a Madre Bernarda debió ser trasladado a una sala de la comunidad Bernarda Morin debido a las inclemencias del tiempo; sin embargo, ello no significó que la alegría y homenaje a la Sierva de Dios se viera afectado.
Con hermosos cantos y con una semblanza de la fundadora en Chile, escrita por monseñor Augusto Sánchez para el centenario de la Congregación en el país, todos los presentes pudieron rememorar y agradecer por esta gran mujer de “fe inquebrantable en la Providencia del Señor” y cuya “vida entera fue un acto de caridad continuada”, como indicara su semblanza.
Un momento especial significó la lectura en voz alta de algunas de las reflexiones presentadas como ofrenda durante la Eucaristía, cuyos escritos llegaron desde el norte, centro y sur del país.
Al concluir, con fe en que Dios traerá el ansiado milagro para avanzar con la Causa de la Sierva de Dios, se rezó en conjunto la oración que pide por su intercesión, depositando la confianza en la pronta beatificación de Madre Bernarda y su llegada a los altares como ejemplo de santidad.
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