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Adviento 2018, luz para la vigilante espera

Por Juan Carlos Bussenius, coordinador del Centro de Espiritualidad Providencia (CEP).

Vamos llegando a fin de año y nos encontramos nuevamente con el tiempo que prepara Navidad: Adviento. Hacemos un espacio para encontrar el verdadero sentido de esta fiesta, frente a los ajetreos de esta época y la locura del consumismo. Adviento es el mejor escenario para comprender con el corazón el amor de Dios Providente, que tendrá rostro de Niño pero también de Padre, preocupado por su creación. Nos detenemos a escuchar sus pasos que reconstruyen nuestra vocación a la ternura y a la paz, en medio de tantas otras pisadas ruidosas de violencia y de materialismo. Dios nos salva permanentemente, por eso nos hace regresar a este tiempo litúrgico. Es el momento para volver a ser lo que realmente somos: buenos, únicos y dignos de ser amados y amadas.

Dios nos habla por medio de lo que nos sucede. De ahí, la necesidad de “parar”, haciendo silencio para observar con el alma.  ¿Qué sentimientos nos invaden al comenzar a terminar el calendario? ¿Cuáles han sido “buenas noticias” y cómo las hemos compartido? ¿Cómo hemos navegado por las penas y cómo hemos salido adelante a pesar de esos temporales?  ¿Cómo hemos ayudado a que nuestra iglesia se reconstruya en verdad y en justicia? ¿Ha primado más la tristeza o la alegría? ¿Qué hemos realizado frente a nuestros hermanos migrantes y de los pueblos originarios? ¿Qué hemos hecho para ayudar a sanar nuestro planeta sufriente?

La Madre Bernarda expresaba: “La serenidad, la paz y la alegría, deben manifestarse en el semblante y en todo nuestro actuar”. Actitudes sabemos no fáciles sobre todo al finalizar el año y que no son producto de un esfuerzo solo humano. Son “regalos” de la persona que ha encontrado a Dios y que se ha dejado tocar, dejando esa estela sanadora a sí mismo y al resto.  Adviento es justamente el tiempo de refrescar esa presencia que convierte. Ahí está María en la mujer que sostiene su hogar a pesar de los problemas y San José en los hombres que trabajan honestamente.

Adviento es la luz que nos guía a la liberación de todas las esclavitudes y a la vigilante espera de la venida de Dios.

 
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