En el marco de una Eucaristía por los 120 años de vida del Instituto Claret en Temuco, el 22 de agosto las Hermanas de la Providencia recibieron un reconocimiento de parte de esta institución educacional, agradeciendo el papel que desempeñaron al recibir a los Misioneros Claretianos en su llegada a la ciudad.
Hna. Liliana Contador, superiora de la comunidad local de Temuco, fue invitada a recibir el reconocimiento en un acto realizado en el gimnasio del recinto educacional, ubicado a unas cuadras de la Plaza de Armas.
«Hoy día, después de 120 años recordando a tantas personas que han hecho historia acá, queremos también recordar y agradecer a las Hermanas de la Providencia […] por esta gratitud que también tenemos al haber sido ellas quienes nos ayudaron a comenzar en esta linda historia, que hoy día nos permite también soñar por más. Muchas gracias a las Hermanas de la Providencia», se indicó durante la entrega del reconocimiento.
Una cercana relación histórica
El gesto de gratitud se realizó como tributo al acto de acogida a los Misioneros Claretianos que marcó el inicio de la presencia de esta Congregación en la zona. Una publicación, realizada en 2001 con ocasión de los 100 años de la presencia de los misioneros en Temuco, lo explica: «En realidad, fueron las religiosas de la Providencia las que más lucharon por tener una casa claretiana en Temuco. Tenían especiales vínculos de afecto ya que el padre Pablo Vallier, fundador de la congregación de los Hijos del Corazón de María en Chile, les había predicado ejercicios espirituales por lo menos 18 veces, había escrito un Reglamento para las superioras y estimaba en gran manera a la fundadora de la Providencia en Chile, la benemérita madre Bernarda Morin».
Durante el acto de reconocimiento, también se destacó la especial relación histórica de los misioneros con las Hermanas de la Providencia, señalándose que la influencia de la que gozaban estas últimas en la ciudad de Concepción y de Santiago «la ejercieron en favor de los misioneros para recolectar limosnas y salir avantes en los pleitos y dificultades que se suscitaron. Hasta una religiosa, […] Sor María Rosa, contribuyó con mil pesos de sus bienes patrimoniales para la construcción de la iglesia. 18 meses moraron en el colegio y jamás quisieron aceptar la menor retribución por el alojamiento y la comida. “Demasiado bien pagadas quedamos”, solían decir (las hermanas), “con los grandes beneficios que los padres del Corazón de María, en especial el padre Vallier, prodigaron al instituto en días aciagos para nosotras”».
Fuentes de información e imágenes:
- Sitio web del Colegio Providencia del Sagrado Corazón de Temuco, www.colegioprovidencia.cl.
- Sitio web y redes sociales del Instituto Claret, www.institutoclaret.cl.
- Publicación 100 años de los Misioneros del Corazón de María (claretianos) en Temuco. Agustín Cabré R., cmf. Ediciones y Comunicaciones Claretianas.