12 de mayo de 2014 – Juan XXIII, el gran “papa bueno” que cambió el rostro de la Iglesia convocando el Concilio Vaticano II, junto a Juan Pablo II, el pontífice peregrino que visitó nuestra patria, el de los encuentros interreligiosos y el fortalecimiento de la familia, pueden a partir de pasado 27 de abril ser venerados como santos.
Damos gracias a Dios por este acontecimiento y pedimos también que sus ejemplos nos animen a construir caminos de santidad en nuestras comunidades y en nuestras propias vidas.