Oh, dulce Providencia
Cuyo divino Don
Derrama en abundancia
En nuestro corazón.
Quién podría olvidar
El Autor de este Don
/Y no dar generoso
Su vida y amor/.
En la naturaleza
Se ve brillar su Gloria
Y el lirio de los campos
Proclama su poder.
Qué no hará su ternura
Por el hombre que Él creó
/Y por los seres que sufren
Confiados en su amor/.
La Providencia de Dios
Vela sobre mi vida,
Vivo sin inquietudes
Pues me confío a ella.
Dulcemente dormida
En su amor maternal
/Ella llevará mi alma
Al Reino Celestial/.