Familia Providencia se une para consagrar al pueblo ruso y ucraniano al Corazón Inmaculado de María

Acogiendo la invitación realizada por el papa Francisco, la Familia Providencia se unió el 25 de marzo en la fiesta de la Anunciación del Señor, al acto de consagración de Ucrania y Rusia al Corazón Inmaculado de María, en atención al actual conflicto armado en Europa. El Liderazgo Provincial se sumó con esperanza a esta invitación del Santo Padre y la extendió a toda la Provincia, por lo que la acción fue replicada en muchas obras y comunidades.

En nuestra Casa Provincial, las hermanas y el personal se reunieron a los pies de María el 25 de marzo a las 12:30 horas, para pedir por la paz y unirse al acto de consagración siguiendo el formato compartido como propuesta a nivel nacional por la Iglesia chilena.

Haciéndose parte de este llamado, muchos colegios, hogares, jardines infantiles y comunidades de toda la Provincia también se sumaron a la iniciativa: Jardín Infantil Providencia de Valparaíso, Colegio Providencia de La Serena, Colegio Santa Rosa, Escuela San José y Colegio Providencia de Temuco, entre más obras y comunidades.

En el vaticano, el acto fue realizado al final de la Liturgia de la Penitencia, en la Basílica de San Pedro. En este contexto, el Santo Padre expresó: “en unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a Ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre”.

El Papa también indicó que estas palabras no constituyen “una fórmula mágica”, sino un acto espiritual, ya que es el gesto “de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su Corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella”.

Como familia Providencia, nos mantenemos en oración por el pueblo ruso y ucraniano, así como por todas las personas que sufren actualmente los devastadores estragos de la guerra y de los conflictos bélicos en todo el mundo.