“El pueblo que andaba en tiniebla ha visto una gran luz”.
Isaías 9,2.
En este tiempo de Navidad, la Providencia nos ha hecho encontrarnos de manera especial con las necesidades apremiantes de nuestro prójimo. En medio de la incertidumbre, recordamos la invitación a poner nuestra atención en el niño de Belén, saliendo a su encuentro en el que sufre, conscientes de nuestras propias debilidades y miradas veladas.
Celebrar la Navidad es vivir la paradoja de dar la bienvenida a Jesús, que ya está a nuestro lado, y que con amor nos invita a recordar su proyecto, impulsándonos a seguir orando y trabajando por los demás.
Que los felices momentos que compartamos en estos días, surjan de las alegrías que podamos llevar a otros.
Muy feliz Navidad y un próspero año 2020.
Con cariño,
Hermana María Antonieta Trimpay, superiora provincial, y Consejo.