Por Hermanas de la Providencia.
Porque la Providencia tiene rostros concretos, una vez más damos gracias infinitas por las hermanas Victoria Laroque, Amable, María del Sagrado Corazón, Dionisa Benjamina y nuestra querida Madre Bernarda.
Ellas arribaron a Chile en 1853, después de un fatigoso y aparentemente poco fecundo viaje entre Canadá y Oregón, sin saber que los planes de Dios era que fueran presencia en esta parte del mundo.
Su entrega generosa permitió que la Obra de la Providencia se enraizara en nuestra tierra hasta hoy, entregando con humildad, simplicidad y caridad, la Buena Nueva a un sinnúmero de niñas/os, ancianos/as y personas de diversas condiciones, que han encontrado acogida y consuelo.
Himno Salida del Canadá
La noche fue triste: ya el alba clarea
Y envuelve en sus luces al gran Canadá
Que oculta en su seno grandes heroísmos,
Y un gran sacrificio consúmase ya.
Cinco almas unidas por amor divino
A esta Patria un día le dicen adiós,
Sombrías tinieblas, oscuro camino,
Oculta a sus almas la voz del Señor.
Sus lágrimas corren con voz temblorosa
Ofrecen sus vidas al Dios de su amor…
Le ofrecen su asilo y en plegaria hermosa
A María claman con tierno fervor.
Las olas se agitan, las barcas se mecen,
Despliega sus velas “La Estrella del mar”
La hora se acerca, ya todo estremece…
Se aleja, se pierde, con raudo volar.
El mar se levanta agítase y tiembla,
Oscura tormenta da miedo, pavor,
Mas ¡hay! Esa lucha que rompe, que quiebra
Oculta designios muy altos de Dios.
De pronto una nave que surca los mares,
Ofrece a sus almas dar paz y quietud
Es Dios quien la manda, calmar sus pesares,
Llevarlas do Él quiere, sembrar la virtud.
Elena las salva y con gracias miles
Las trae a las playas que harán su mansión.
Pisan ya la tierra bendita de Chile,
La besan y danle su vida y su amor.
Los ángeles guardan el voto sagrado
Y danlo a sus hijas con grata efusión.
Hoy somos felices ¡Oh Madre Bernarda!
Amamos tu vida, tu gran corazón.
(Fuente: Mural Colegio Santa Rosa)