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Con sentida Misa funeral las Hermanas de la Providencia – Bernarda Morin despidieron a Hna. María Julia Sanzana

El 27 de octubre, hermanas de varias comunidades se reunieron en la capilla de la Comunidad Bernarda Morin para despedir en una misa funeral a Hna. María Julia Sanzana, quien partió a la Casa del Padre el 25 de octubre, a los 82 años, después de 65 años de consagración y servicio como Hermana de la Providencia.

Como es habitual, la misa consideró la lectura de su necrología, que compartimos íntegramente al finalizar esta nota. La celebración eucarística fue presidida por el padre Jorge Manríquez C.M., capellán de la Comunidad Bernarda Morin, siendo acompañado en el altar por el concelebrante, padre Juan Mundaca.

El padre Jorge, respecto al servicio de Hna. María Julia en las obras educacionales de la Congregación en Chile, señaló que “sin duda alguna, ella quiso convertirse, al igual que Jesús, en indicadora del camino para otras, quienes como ella siguieron este rumbo, y para que también mañana haya otras —y un mañana que ya es hoy—, que reemplacen este cupo, reemplacen este lugar; vocación religiosa a la cual ninguna niña debería excluirse, al menos, haciéndose la pregunta. La madre María Julia sin duda alguna que se hizo esa pregunta, y dijo que sí, y consagró su vida en este camino, porque para ella este camino era el verdadero”.

Los restos mortales de la querida hermana reposan ahora en el Cementerio Católico de la comuna de Recoleta, en Santiago, junto a tantas hermanas que también entregaron su vida al Señor, en servicio desinteresado a su Congregación y a los más necesitados.

 

NECROLOGÍA DE HERMANA
MARÍA JULIA SANZANA ALVARADO (401)

Octubre de 2025


“Porque sabemos que el que resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y hará que nos presentemos ante él contigo”

II Corintios 4, 14


Hermana María Julia nació el 22 de febrero de 1943. Hizo su ingreso a la Congregación el 9 de junio de 1960. Profesó el 25 de marzo de 1963 y emitió sus votos perpetuos para la Fiesta Patronal de Nuestra Señora de Dolores en 1970.

El Señor la llamó a su encuentro en Santiago, a los 82 años de edad y después de 65 años de fiel vida religiosa, marcada por la entrega, la generosidad y un profundo amor por la Providencia.

A lo largo de su vida consagrada, Hna. María Julia dedicó casi toda su vida al servicio del Ministerio de Educación, salvo un breve periodo que sirvió como superiora en la Casa de la Providencia de Valparaíso. Fue profesora, encargada de Pastoral y directora en distintas obras educativas, dejando huella en: Tocopilla, Linares, Santa Teresita de Llolleo, Santa Clara, Santa Rosa, Providencia de La Serena, Ovalle, Concepción, Temuco y nuevamente en Linares, donde ejerció su servicio como administradora.

Su compromiso con la misión educativa la llevó a integrar el Comité de Educación Provincial entre los años 1984 y 1990. A nivel congregacional, participó activamente en los comités de Sinfonía Providencia, contribuyendo con entusiasmo, inteligencia y espíritu de comunión.

La hermana María Julia se distinguió por ser una religiosa inteligente, trabajadora y responsable, siempre comprometida con la Misión y con sus hermanas. Fue una mujer profundamente humana, sensible y generosa, que vivió la caridad evangélica con discreción y humildad, haciendo vida las palabras del Evangelio: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha”. Su vida fue testimonio silencioso de servicio, sencillez y abandono, confiado en la Providencia.

Este año, con la salud más delicada, se trasladó a la Comunidad Bernarda Morin, donde continuó irradiando su espíritu de servicio y alegría, siempre dispuesta a ayudar, colaborando en la cocina, pelando habas y porotos junto a sus otras hermanas, preocupándose que nadie se quedara sin su tecito del día. Su cercanía y amabilidad la hicieron muy querida por el personal y las hermanas de la Comunidad Bernarda Morin.

Vivió con gran emoción la inauguración y bendición de las nuevas dependencias del Colegio Providencia de Linares, proyecto en el que puso todo su corazón. Para ella, esos nuevos comedores eran signo de dignidad y cuidado para las estudiantes, y la comunidad educativa supo reconocer su inmenso cariño, comprensión y compromiso.

La hermana María Julia amó profundamente a su Congregación y a su familia, a las que se entregó sin reservas. Mujer de fe profunda, paz interior, humildad, sencillez y confianza absoluta en la Providencia de Dios. Ha partido al encuentro de Jesucristo, a quien consagró su vida. Hoy damos gracias a Dios Padre providente por el don de su existencia fecunda, y por todo el bien que sembró en los corazones de tantos. Su vida nos inspira a seguir caminando con esperanza confiada, como ella, en el amor providente del Señor.

El Señor la llamó a vivir eternamente en su Providencia, y nosotras aquí damos vida por su testimonio, entrega y confianza en la Providencia. Ya se encuentra junto a Jesucristo, a quien se consagró por completo.

Querida María Julia, hoy damos gracias a Dios por tu vida y te decimos:

DESCANSA EN PAZ Y ORA POR NOSOTRAS.


Hna. María Julia Sanzana cortando la cinta durante la inauguración y bendición de las nuevas dependencias del Colegio Providencia Linares.
Fotografía: Gentileza de Daniel Vásquez, Colegio Providencia Linares.

 
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