3 de Agosto de 2016 – 46 hermanas nos reunimos en el Capítulo Provincial, entre el pasado 10 y el 12 de julio, con el objetivo de hacer una revisión de las Constituciones y Reglas con vistas a las adecuaciones que se harán en el Capítulo General del próximo año.
Hermana Orietta Coopman junto a Hermana Gloria García estuvieron en la importante labor del secretariado, apoyando a Hermana Jaquelina Juárez. Con mucha sencillez y esperanzada por el clima enriquecedor en que las hermanas vivieron este proceso, Hermana Orietta nos compartió su experiencia:
“El servicio prestado en la secretaría fue bastante entretenido, ya que uno va vivenciando todo lo que se va hablando, ósea, una se mete. Lo interesante es que coincidimos con Gloria en varias cosas, lo que yo tenía anotado en mi cuaderno registrado ella también lo tenía, como que nos conectamos. Las hermanas estaban tranquilas; todo se realizó con mucha profundidad y habían buenas vibras”.
“Para aprobar o desaprobar unas cosas”, comentó respecto a la revisión de las Constituciones, “hay que ir viendo las realidades actuales, sin perder lo central de lo que teníamos dentro de nuestras Constituciones y lo que realizaron nuestros fundadores. A medida que va cambiando el tiempo también hay que ir cambiando los puntos de vista y ver nuevos caminos a seguir, porque vemos se va reduciendo todo, se reduce el número de Hermanas, se reducen los lugares, etc. Sin embargo, hay ánimos por parte de las Hermanas, pero claro, a algunas les cuesta porque lo antiguo cuesta renovarlo. Hemos perdido algunas cosas, pero estamos tratando de rescatar lo central de esto, el núcleo central. Hay anhelo de buscar nuevos caminos y hacer cambios que sabemos nos van a costar. Ha comenzado el diálogo: ahora se dialoga bastante, se comparte, se escucha el punto de vista, se respeta a la otra; esto creo, es un gran avance para tener una Constitución que nos responda al tiempo que estamos viviendo”.
“Todo esto ayuda a descubrir nuevas cosas en la Congregación y darte cuenta cuál es tu papel dentro de ella”, cuenta Hermana Orietta, “seguir queriéndola como el primer amor y tratar de buscar los mejores caminos, para que se realicen a través de nuestras Constituciones y lo podamos realizar las Hermanas, que somos las que vamos a tener que vivir estas reglas”.
“Para terminar”, concluye Hermana Orietta, “me gustaría destacar el cómo fue presentado el trabajo. Había una buena organización para que todas entendiéramos con claridad lo que se está realizando. Hubo mucha escucha en los trabajos en las mesas, donde teníamos que compartir con las otras hermanas y lo rico que se producía ahí. Mucha invocación al Espíritu Santo, que era el primero que estaba metido en esto, lo que nos ayudaba y motivaba a abrir nuestros ojos… nuestras ventanas hacia el futuro”.
