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Hermanas de la Providencia

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Casa Provincial:

+ 56 2 2205 5947 comunicaciones @providenciasp.cl

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Terranova 140, Providencia, Santiago, Chile.

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Lunes a viernes de 9:00 a 13:30 hrs. y de 14:30 a 18:00 hrs.

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Con Hermanas, familiares y amigas/os despedimos a nuestra Hermana Mónica Pérez

30 de mayo de 2017 – Con la presencia de muchas personas, entre las que se encontraban Hermanas, familiares y amigas/os de nuestra Hna. Mónica Pérez, este lunes 29 de mayo realizamos una emotiva misa funeral para despedirla, luego de una larga enfermedad que la tuvo hasta sus últimos días compartiendo en nuestra Comunidad Bernarda Morin.

Durante el servicio, realizado por Padre José Casali junto al Padre salesiano Joselino Yañez, se recordó la vida de abundantes frutos de Hna. Mónica. Padre Joselino rememoró el momento en que la conoció, así como su gran entrega hacia su familia espiritual y biológica: “Ella se preocupó de tener el cuidado religioso-espiritual para su familia. Para que su familia fuera creciendo en Dios igual que ella”.

“Somos llamados para entrar en la Pascua de Cristo cuando el Padre lo decida. Esto nos da confianza y esperanza: saber que seremos llamados cuando el Padre se sienta feliz de poder llevarnos”, indicó también Padre Joselino, entregando consuelo a quienes extrañaremos a nuestra amada Hermana.

Damos además gracias a la familia de Hna. Mónica, quienes tuvieron bellas palabras para nuestra Congregación durante el servicio: “Agradecemos desde el fondo de nuestro corazón a esta Comunidad”, señaló Herna Pérez, Hermana biológica de Hna. Mónica, enviando también “un especial reconocimiento y gratitud” por el cuidado que le dieron sus hermanas religiosas, y el personal de la Comunidad, durante los padecimientos de su enfermedad.

A continuación, les compartirnos la necrología de Hermana Mónica, leída durante la ceremonia por nuestra Secretaria Provincial, Hna. Jaquelina Juárez:

 

NECROLOGÍA DE HERMANA MONICA PÉREZ MELLA (387)

28 de mayo de 2017

“Todo acontece para el bien de los que aman a Dios”  (Rm.8, 28)

Hermana Mirna, conocida en la vida religiosa como hermana Mónica, nació el 7 de abril de 1939 en la ciudad de Victoria. Ingresó a la Congregación el 13 de enero de 1958, hizo su Toma de Hábito el 7 de agosto de 1958, su Primera Profesión el 11 de febrero de 1960 y sus Votos Perpetuos el  9 de abril de 1965.

Profesora de enseñanza general básica y con estudios en Filosofía, se dedicó por muchos años a enseñar en diversos centros educativos de la Provincia, pero además,  prestó generosa y diligentemente otros servicios: en el Ministerio Parroquial, el acompañamiento vocacional, acompañamiento de Asociados Providencia, la formación inicial y su servicio como consejera secretaría provincial. En cada una de las misiones puso lo mejor de sí, entregándose de manera profundamente comprometida y eficiente. Era de trato afable y respetuoso con todas las personas, sencilla por dentro y por fuera. Como secretaria provincial, cumplió una destacada labor, pues su estilo metódico, permitió tener el trabajo en orden y siempre a tiempo.

Entre 1970 y 1974 estuvo en el Hogar Sagrado Corazón de Buenos Aires, como asistenta de la comunidad,  trabajando un tiempo como profesora y luego  como directora. Posteriormente se trasladó a la Casa de la Providencia de Temuco, donde trabajó como docente entre los años 1975 y 1976. De ahí fue enviada a Santiago, para ser la directora de formación de la Casa Venerance,  hasta 1979. Al año siguiente, es nombrada directora de formación en el Noviciado de la Casa Matriz. Los años 1981 y 1982 estuvo en la Escuela San José, como directora y superiora de la comunidad local, siendo al mismo tiempo, delegada de promoción vocacional. Al año siguiente es nombrada encargada de junioras y trasladada al Liceo Técnico Santa Clara.

En 1986 es superiora en la Casa Amarilla, donde junto al trabajo parroquial, se hizo parte del Equipo de Promoción Vocacional. Al cierre de la Casa Amarilla en enero de 1991, es enviada al colegio Providencia de Temuco, donde conjuga en su labor, docencia  y pastoral. En 1993 asume como directora y encargada de los/as Asociadas/os Providencia en el Colegio Providencia de Linares. En el año 1994, es elegida secretaria consejera provincial, servicio que prestó hasta 1999.

Desde el año 2000 hasta el 2002 ejerció como directora de la Escuela Providencia de Concepción. El año 2003 es enviada al colegio Santa Teresita de Llo-lleo, y en el 2005 al Colegio Sagrados Corazones de La Serena. Al año siguiente, 2006 es nombrada nuevamente Directora del Noviciado y animadora de la Casa Local.

Dos años más tarde, en el 2008, presta servicio como superiora en la Casa de la Providencia de La Serena. Y en el año 2009 llega a la comunidad Bernarda Morin, producto del cáncer que la afectó; en donde se hizo cargo de la sacristía con esmero y arte gozamos de sus arreglos florales y de los murales que con tanta dedicación, esmero, prolijidad y cariño los  hacía.

Celosa de su responsabilidad realizó este servicio hasta que sus fuerzas se lo permitieron, sin dejar por ello, de estar atenta a que la capilla y sacristía estuvieran en orden y bien dispuestos para las celebraciones litúrgicas.

Hermana Mónica, supo sobrellevar la enfermedad con una profunda fe y férrea voluntad, lo que le permitió permanecer activa y sirviendo a su comunidad, más allá de los pronósticos médicos. La oración constante la mantuvo serena hasta el final y confiada en el amor de Dios Providente, en medio de los dolores físicos que la acompañaron, particularmente al final de sus días.

Amó a su familia biológica, la que mantuvo siempre presente en su corazón y amó profundamente a la Congregación, a la que se entregó por completo.

En una colaboración para el Boletín Congregacional Missive, en diciembre de 2016, escribía: “Mi enfermedad, me ayudó a unirme más a Jesús doliente, junto a hermanas que en su inactividad, siguen a Cristo Crucificado, cumpliendo la voluntad del Padre. En este tiempo de purificación, de despojo, me siento ayudada por mis hermanas, con el estímulo y mucho más con la oración. Con certeza puedo decir que es la oración la que mantiene mi vida”.

Hermana Mónica, que el Padre Providente y María Madre de Dolores, te reciban con amor y misericordia. De corazón hoy tus hermanas, familiares y amigas te despedimos diciendo:

Descanse en Paz y ore por nosotras.

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